Nací en Logroño el 31 de octubre de 1903 y morí en Madrid el 13 de diciembre de 1988 siendo una escritora integrada en la generación del 27.
Soy hija del coronel del ejército Ángel León y de Oliva Goyri, sobrina de María Goyri. En mi educación influyeron mucho mis amados tíos y sobre todo la tía María, que había sido una de las primeras mujeres españolas en obtener un doctorado en Filosofía y Letras; y que impartió clases en la Universidad española. Mi infancia transcurrió entre Madrid, Barcelona y Burgos, ciudad a la que volvería en varias ocasiones y a la que me siento fuertemente ligada. Estudié en la Institución Libre de Enseñanza y me licenció en Filosofía y Letras. De este modo, me eduqué en un ambiente culto e ilustrado que supongo que me marcó para el resto de mi vida. Aunque tuve dificultades para proseguir los estudios más allá de los estipulados catorce años debido a unas compañeras a causa de unas lecturas consideradas en la época ‘poco edificantes’,con lo que me expulsaron del colegio de monjas.
En 1920, con dieciséis años me casé con Gonzalo de Sebastián con el que tuve dos hijos. Escribí en el Diario de Burgos bajo el seudónimo de Isabel Inghirami. En 1929 al conocer a mi amado Rafael Alberti rompí mi matrimonio y nos escapamos a Mallorca, en 1932 nos casamos por lo civil y tras sernos otorgada una pensión para estudiar el movimiento teatral europeo comenzamos a viajar por Berlín, la Unión Soviética, Dinamarca, Noruega, Bélgica y Holanda. Participé en la fundación de la revista Octubre, en la que publicará mi obra Huelga en el puerto.
En 1934 volvimos a la Unión Soviética donde asistieron al Primer Congreso de Escritores Soviéticos, allí conocimos a Máximo Gorki y a André Malraux.
Al estallar la guerra empezé una intensa actividad de animación cultural y literaria en los frentes de batalla y participé en la confección del Romancero de la Guerra Civil dedicado a Federico García Lorca, así como en la creación, promovida por la Asociación de Escritores Antifascistas, de un organismo que se encargase de proteger las obras de arte de los edificios incautados por los partidos y organizaciones de izquierdas, después de que mi propia casa fuese requisada por los anarquistas.
Como resultado de esas gestiones, se creó la Junta de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico, que se encargaría del traslado de los fondos artísticos del Museo del Prado y del Monasterio de El Escorial a Valencia. Con todo, de los primeros traslados, hechos al margen de la Junta, se iban a encargar personalmente primero el diputado comunista Florencio Sosa Acevedo y luego yo misma, con la tarea de seleccionar y envíar los cuadros. Entre el 7 y el 11 de diciembre, saqué del museo y envié a Valencia 64 cuadros, entre ellos Las meninas que salieron de Madrid el día 9, y 181 dibujos, muchos de ellos sin el embalaje adecuado, lo que causó daños importantes en el retrato del Conde-duque de Olivares a caballo, de Velázquez. Mi marido, escribió al respecto una obra titulada Noche de guerra en el Museo del Prado. Las condiciones en las que Las meninas y el Carlos V en la batalla de Mühlberg de Tiziano cruzaron el puente de Arganda, suspendidos a los costados del camión y por fuera de las ruedas, al no haberse previsto la dificultad que planteaba la baja altura del puente, determinaron su destitución, pasando la responsabilidad a la Junta Delegada de Madrid, cuyos integrantes se comprometieron por unanimidad a no permitir nuevos traslados en las condiciones que se habían hecho los anteriores.
Tras la derrota republicana nos exiliamos a: Francia, Argentina, Italia. En París vivimos hasta finales de 1940, trabajando como traductores de la radio francesa Paris-Mondial y como locutores para las emisiones de América Latina. Vivimos en Argentina donde dí a luz a mi querida Aitana. En 1963 nos trasladamos a vivir a Roma. El 27 de abril de 1977 volvimos a España, pero desgraciadamente perdí la memoria y cada vez enfermaba más, y así fallecí el 13 de diciembre de 1988.
Soy hija del coronel del ejército Ángel León y de Oliva Goyri, sobrina de María Goyri. En mi educación influyeron mucho mis amados tíos y sobre todo la tía María, que había sido una de las primeras mujeres españolas en obtener un doctorado en Filosofía y Letras; y que impartió clases en la Universidad española. Mi infancia transcurrió entre Madrid, Barcelona y Burgos, ciudad a la que volvería en varias ocasiones y a la que me siento fuertemente ligada. Estudié en la Institución Libre de Enseñanza y me licenció en Filosofía y Letras. De este modo, me eduqué en un ambiente culto e ilustrado que supongo que me marcó para el resto de mi vida. Aunque tuve dificultades para proseguir los estudios más allá de los estipulados catorce años debido a unas compañeras a causa de unas lecturas consideradas en la época ‘poco edificantes’,con lo que me expulsaron del colegio de monjas.
En 1920, con dieciséis años me casé con Gonzalo de Sebastián con el que tuve dos hijos. Escribí en el Diario de Burgos bajo el seudónimo de Isabel Inghirami. En 1929 al conocer a mi amado Rafael Alberti rompí mi matrimonio y nos escapamos a Mallorca, en 1932 nos casamos por lo civil y tras sernos otorgada una pensión para estudiar el movimiento teatral europeo comenzamos a viajar por Berlín, la Unión Soviética, Dinamarca, Noruega, Bélgica y Holanda. Participé en la fundación de la revista Octubre, en la que publicará mi obra Huelga en el puerto.
En 1934 volvimos a la Unión Soviética donde asistieron al Primer Congreso de Escritores Soviéticos, allí conocimos a Máximo Gorki y a André Malraux.
Al estallar la guerra empezé una intensa actividad de animación cultural y literaria en los frentes de batalla y participé en la confección del Romancero de la Guerra Civil dedicado a Federico García Lorca, así como en la creación, promovida por la Asociación de Escritores Antifascistas, de un organismo que se encargase de proteger las obras de arte de los edificios incautados por los partidos y organizaciones de izquierdas, después de que mi propia casa fuese requisada por los anarquistas.
Como resultado de esas gestiones, se creó la Junta de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico, que se encargaría del traslado de los fondos artísticos del Museo del Prado y del Monasterio de El Escorial a Valencia. Con todo, de los primeros traslados, hechos al margen de la Junta, se iban a encargar personalmente primero el diputado comunista Florencio Sosa Acevedo y luego yo misma, con la tarea de seleccionar y envíar los cuadros. Entre el 7 y el 11 de diciembre, saqué del museo y envié a Valencia 64 cuadros, entre ellos Las meninas que salieron de Madrid el día 9, y 181 dibujos, muchos de ellos sin el embalaje adecuado, lo que causó daños importantes en el retrato del Conde-duque de Olivares a caballo, de Velázquez. Mi marido, escribió al respecto una obra titulada Noche de guerra en el Museo del Prado. Las condiciones en las que Las meninas y el Carlos V en la batalla de Mühlberg de Tiziano cruzaron el puente de Arganda, suspendidos a los costados del camión y por fuera de las ruedas, al no haberse previsto la dificultad que planteaba la baja altura del puente, determinaron su destitución, pasando la responsabilidad a la Junta Delegada de Madrid, cuyos integrantes se comprometieron por unanimidad a no permitir nuevos traslados en las condiciones que se habían hecho los anteriores.
Tras la derrota republicana nos exiliamos a: Francia, Argentina, Italia. En París vivimos hasta finales de 1940, trabajando como traductores de la radio francesa Paris-Mondial y como locutores para las emisiones de América Latina. Vivimos en Argentina donde dí a luz a mi querida Aitana. En 1963 nos trasladamos a vivir a Roma. El 27 de abril de 1977 volvimos a España, pero desgraciadamente perdí la memoria y cada vez enfermaba más, y así fallecí el 13 de diciembre de 1988.
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